Campaña por un suelo con hojas secas
Cada vez son más las voces que reclaman que no se barran las hojas de los árboles que caen en otoño e invierno en los parques de nuestras ciudades. Otro concepto de jardinería es posible. Es el que contempla la importancia del manto de hojas secas para la vida de multitud de animales y permite que se complete el ciclo ecológico, reteniendo el agua y enriqueciendo el suelo tras su descomposición. Ello conlleva además un ahorro de agua, un bien escaso, y el cobijo para la fauna de todo tipo de larvas, insectos, lombrices, caracoles, hongos. La poca fauna que convive con los urbanitas, aunque invisible para la mayoría de ellos.
El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son los mayores problemas a los que nos enfrentamos, según recoge el informe “planeta vivo 2022” de WWF (World Wide Found), la mayor organización independiente de conservación de la naturaleza. Dicho informe constituye el estudio más completo que existe sobre las tendencias en la biodiversidad global y la salud del planeta y es realizado por expertos en todos los campos de la ciencia en el mundo.
Estas pomposas declaraciones nos dejan muchas veces pensando a los habitantes urbanos que poco podemos hacer para cambiar nada desde nuestra vida en la ciudad. Sin embargo, acciones como dejar de barrer las hojas secas nos permitirían colaborar para detener esta tendencia. Así de sencillo.
Podría ser, además, el fin de las terribles sopladoras, cuestionadas por su gasto energético (escobas que funcionan a gasóleo) y por la contaminación ambiental y acústica que producen, Para más inri, se utilizan en entornos de parques y jardines, donde la ciudadanía acude a buscar la tranquilidad y el respiro.
La propuesta, que ya se lleva a cabo en algunos municipios de países como Holanda (que sepamos), implica que cambie la perspectiva de los ciudadanos de considerar “limpias” las zonas sin hojas secas que está instalada en la mayoría de urbes. Los vegetales no “ensucian”, las hojas o los frutos que caen no pueden ser considerados “basura”. El argumento de que son un peligro para el transeúnte se soluciona barriendo los caminos para evitar resbalones y acumular estas hojas en contenedores, lo que permitiría reutilizarlas como compostaje en la jardinería. El resto de hojas permanecería sobre la tierra cumpliendo su función.
Es impagable, por lo demás, la calidad estética que proporcionan esas alfombras rojas, verdes, amarillas, ocres y marrones que producen los árboles y arbustos que pululan en parques, jardines, glorietas, patios, descampados, comunidades de vecinos y cualquier esquina donde haya tierra y vegetación.
https://www.wwf.es/nuestro_trabajo/informe_planeta_vivo_ipv/
https://www.theguardian.com/environment/2022/oct/24/let-fallen-leaves-lie-gardeners-in-netherlands-town-urged-eindhoven